Esperar todos los dias,
el vuelco en el estomago,
la piel de gallina,
latidos desbocados del corazón,
sentirse viva....
ERES TÚ.




El domingo descubrí que cara tiene la felicidad. Contemplé unos ojos chispeantes de alegría y la sonrisa más sincera que he visto nunca. Toda ella iradiaba dicha. No pude contener que unas traicioneras lágrimas se me escaparan rodando... Y Ella las vió. Y entonces esos brazos abiertos, que hace un minuto abrazaban a su pequeño hijo, vinieron a consolarme a mí. Y su sonrisa le ganó la batalla a mi llanto. ¡Cómo se agradecen en algunos momentos unos abrazos sinceros que te arropen!.
Vienen de nuevo las garras a atenazar mi espíritu. ¿como pueden unas simples palabras provocar esta sensación tan desgarradora? Siento despedezarse mi interior, goteo incesante de dolor solo percibido por todas y cada una de mis celulas. No quiero vivir pero inhalo cada molécula de oxígeno como si fuera la última que llegue a disfrutar. Tremenda contradicción! Querer y no poder, poder y no querer, valentía o acobardamiento... Qué importa si al final sigo estando aquí, tratando de escupir toda la rabia que envenena mi dias y no me deja relajar mis facciones. Y no culpo a nadie, solo a mi misma por seguir respirando y ello hace que los gritos clamando piedad sean aullidos desesperados en soledad. Pero nadie los oye. Solo yo. Para los demás, solo tengo una amplia sonrisa.