martes, 27 de octubre de 2009

divagando...: mente (2)

. .
CUATRO dias... tan solo cuatro para mi día mas esperado del año... ¿ y por qué no siento emoción alguna esta vez? Poco me importa que sean 2, 4 ó 50... Será que ya no tiemblo de emoción al imaginarme poder al fin descansar despues de siete meses y medio de trabajo continuado. Si lo pienso incluso esta vez lo echaré de menos, al menos estando alli con Zerezade me sentía menos sola, más arropada, peleando ambas codo a codo con mis fantasmas... Cada año lo mismo, ciclos que se repiten sin dejar huella en la memoria, hastiada de dar vueltas en la misma rueda estación tras estación, reloj obstruido en el mismo minuto, segundo tras segundo. Y la pregunta de ayer repitiendo su eco entre los engranajes de mi mente. No sé si hoy variaría su respuesta. Por mi bien espero que no.
.
Ni mi inminente marcha peregrina me saca hoy de mi apatía. Me siento anestesiada de la vida, contemplandola desde afuera de mi cuerpo, sin participar en nada que acontezca a mi persona. Poco importa hoy por donde me vengan los palos, dejare que arrecien sobre mi como siempre y esta vez no encontraran ni la mirada prepotente a la que estan acostumbrados.

Hoy no tengo ganas de bailar.
. .

lunes, 19 de octubre de 2009

Espantapájaros (Oliverio Girondo)

..
. Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.
.
En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad. Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C. ¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso! ¡Imposible saber cuál es la verdadera! Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora? El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia… de un egoísmo… de una falta de tacto…
.
Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio.
.
Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.
Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.
.
Espantapájaros (Oliverio Girondo)
.
.
(Por eso me las tatué yo, para recordarme que no soy solo una)
.
.

sábado, 17 de octubre de 2009

divagando...: hasta luego no, ADIOS


. . .
Sí, yo
también quisiera morirme ahora, pero no para ser otra, seguramente ya lo he sido y haya cometido el mismo error una y mil veces. No, quisiera hacerlo para así poder dejar descansar mi alma de tantos dardos envenedados que le lanza la vida, porque lo que es mi corazón, como el Ave Fenix a la inversa, ya muere una y otra vez consumido en cenizas.
.
Morir, para cerrar definitivamente este círculo contaminado que es mi vida, volver al inicio de mi savia, pero no para empezar de nuevo, sino para abortar de raíz esa irónica misión que me lanzó a esta existencia lacerante y sanguinaria con los que somos incapaces de ser merecedores de tal "magno regalo" que es la vida. ¡Hipócrita ésta! que te enseña el maravilloso azul del mar para luego dejarte ahogar en un insignificante vaso turbio de agua.
.
Sí, morir, para así poder descansar de una puta vez.

. .

divagando...: mente (1)

.
.

.
La desesperanza por el futuro que veo cabalgar a mi encuentro a lo lejos me hace sentir de nuevo punzadas en el corazón. Sé lo que ocurrirá, demasiadas veces los mismos jinetes han venido a decirme las mismas frases, me han mostrado de forma repetitiva el mismo horizonte que me espera, llano, insípido y sin colores con lo que bordar mi sudario. ¡Malditas nubes que enturbian mi sol de verano con sus presagios de tormentas!. Ya las oigo relampaguear atronadoras sobre mi cabeza. No me dejan disfrutar de este sol que caliente mi piel, me hace cosquillitas y me adormece sobre una nube de gominolas. Ojalá pudiera permanecer como mínimo así, en esta especie de burbuja en la que me encuentro aletargada, deleitándome con los rayitos que araño entre las nubes.

No, ya llegó la tormenta sobre mi cabeza y descarga todo su furia sobre mi mente. Ya llueve de nuevo. Se acabó el verano.

martes, 13 de octubre de 2009

divagando...: fluir

.
Sí, ser como el río que fluye, como dice Coelho, dejar que todo siga su curso, que los acontecimientos se sucedan libremente, a su natural albedrío, no interponer puentes ni rocas al agua que discurre osado entre valles, montañas o simples canaletas. Dejar que se dirija hacia el desierto si esa es su voluntad, pero no ser uno mismo quien le ponga las dunas delante de su camino. Sí, dejar que todo fluya... ¡Pero es tan difícil a veces!
.


Ser como el río que fluye
silencioso en medio de la noche.
No temer las tinieblas de la noche.
Si hay estrellas en el cielo, reflejarlas.
Y, si los cielos se cubren de nubes,
como el río, las nubes son agua;
reflejarlas también sin pena
en las profundidades tranquilas.
.
Manoel Bandeira

.

sábado, 10 de octubre de 2009

divagando...: caracoles

.
Muchos seres de la naturaleza tienden a agruparse para no sentirse solos...


.

.

.
.
Otros en cambio, nos bastamos con la soledad de nuestra propia compañia o, quizás, con la de algún semejante a nosotros...
.

.
.

miércoles, 7 de octubre de 2009

:-)

.
Estoy sorprendida de mi misma. Nunca pensaba que mis heridas cicatrizaran tan rápido. De hecho me pregunto incluso si han existido. ¡Pero que buena coraza me he fabricado!. Y estoy feliz porque esta vez estoy sonriendo. :-) No sé cual es mi futuro pero voy a su encuentro, al menos el inmediato. Y éste es irme de aquí un mes a recorrerme Portugal hasta Santiago de Compostela y estudiar las próximas oposiciones al Consell Insular. Alguna será a la vencida.
.
Y sí, cuando una sonrie parece que día es distinto, te encuentras a tu amiga embarazada que está radiante, quedas con otra para un café para el día siguiente, tomas una coke sin agobios con un antiguo amigo, y te encuentras en una deixalleria ese libro que tanto has oído nombrar a otro amigo y tenías ya curiosidad por leer. Y entonces piensas si todo no es fruto de tu sonrisa mental, que es la más importante, porque es la única que no tienes que forzar por enseñarsela a alguien, solo a tí misma. Y tu mente vuela a este otro libro que reposa sobre la mesita, y que te dices cosas como éstas y te planteas que quizás se hayan quedado grabadas en tu subconsciente y simplemente ahora recoges el fruto de su lectura. Sea lo que sea, el sol sigue brillando.

"Nuestra labor como seres humanos es mantener los pensamientos que queremos, tener totalmente claro en nuestra mente lo que queremos, y desde esa base, empezar a invovar una de las grandes leyes del universo: la ley de la atracción. Te conviertes en lo que más piensas, pero también atraes lo que más piensas".
.

"Ésta es la razón por la que las personas tienden a enfurecerse cada vez más a lo largo del día cuando se levantan con mal pie. Pasan todo el día del mismo mal talante. No son conscientes de que el mero hecho de cambiar sus emociones puede cambiar todo su día y su vida. Si amaneces con buen pie y te sientes especialmente feliz, siempre que no dejes que algo te cambie el estado de ánimo, por la ley de la atracción, seguirás atrayendo más situaciones y personas que teayudarán a mantener ese sentimiento de felicidad."
.
.

jueves, 1 de octubre de 2009

sol

.
..
.
Empiezan a asomar los primeros rayos de sol a mi vida...
.
... será que se acerca el invierno.
.
.

.
.