miércoles, 28 de septiembre de 2011

Ella



El domingo descubrí que cara tiene la felicidad. Contemplé unos ojos chispeantes de alegría y la sonrisa más sincera que he visto nunca. Toda ella iradiaba dicha. No pude contener que unas traicioneras lágrimas se me escaparan rodando... Y Ella las vió. Y entonces esos brazos abiertos, que hace un minuto abrazaban a su pequeño hijo, vinieron a consolarme a mí. Y su sonrisa le ganó la batalla a mi llanto. ¡Cómo se agradecen en algunos momentos unos abrazos sinceros que te arropen!.

Siempre la he admirado. Y envidiado (sanamente claro). Ella tiene todo lo que yo no llego a alcanzar, ha sabido ir en su búsqueda mientras que a mí siempre me ha vencido el miedo o la cobardía.

Sólo deseo que esa cara que vi el domingo algún día pueda verla reflejada en mi espejo (y no tener que ir nunca a consolar a alguien por el mismo motivo...)


A Maribel.



lunes, 12 de septiembre de 2011

mi desierto



Intento poner mi contador a cero pero no lo consigo. No quiero volver la vista atrás y seguir salpicándome de la mundicia que voy arrastrando, pero me asusta mas mirar al frente y divisar tan solo un árido desierto de ilusiones con vanas esperanzas de cambios. Tan solo espejismos que me tientan a desatarme de mis cadenas e ir en busca de una quimera que me costará  mas sufrimientos. No, no quiero andar, quiero plantar mis raíces bajo este ardiente sol y que se sequen antes de echar ilusos brotes. ¿Cómo querer cambiar lo que no se puede? Son rocas en el camino imposible de sortear. Mejor darse cabezazos contra ella con la vana esperanza de que rompa primero tu alma e ir a tocar la puerta a Cerbero...