sábado, 25 de diciembre de 2010

sábado, 18 de diciembre de 2010

divagando...:"Señora"

(c) MeTis

Al ver ayer estas indicaciones puestas en una gasolinera de autopista en Praga, me puse a divagar sobre la (mi) edad. ¿Cuándo dejan de llamarte Señorita para ser Señora? Pocas veces oigo lo primero, y demasiadas ya lo segundo... ¿Será por las incipientes canas que me indican que no fui Peter Pan en mi anterior vida? Mis mejores amigos superan de media los cincuenta años y sin embargo yo sigo ignorando que los años van dejando leves agonías en el cuerpo perceptibles por aquellos que solo ven tu fisonomía exterior. Y sí, me voy notando vieja en mi interior, no tengo el ímpetu nervioso de hace diez años, me cansa escuchar verborreas adolescentes sin mas aliciente que el simple hecho de activar las cuerdas vocales... Pero que me llamen Señora, lo reconozco, es como una puñalada trapera en mi vanidad.  Porque ves lo que tiene la mayoría de mujeres a tu alrededor a tu misma edad y yo sin embargo, todavía me queda un laaaaaaaaargo camino para alcanzar esa plenitud que veo en sus ojos cuando miran embelesadas a sus hijos.

Sí, los años pasan  y aunque mi primera reacción al ver esas señales fue irme a la puerta de la izquierda, creo que tengo que empezar a reconsiderar ya que puertas eligo.



Sigo sin entenderlas demasiado, ¿unos baños para jovencitas y otras para señoras? ¿para delgadas y mas gorditas? ¿ y las mix donde van? Y si llevo pantalones, ¿me voy al de los hombres? Me arrepiento ahora de no haber matado al gato de la curiosidad y haber ido a indagar que ocurrencia había para los toilets de los caballeros... ¿o debería decir Señores?

sábado, 11 de diciembre de 2010

welcome home



Intento desahuciar a Metis de mi vida y se me presenta más fortalecida que nunca con nosecuantos papeles, sonriendo ante mi desfachatez, alegando la inmunidad adquirida por su larga estancia en mi mente. Dice que nanai de la china, que no se va ni con una orden judicial del psicólogo, que yo la necesito aunque no quiera reconocerlo...."¿Quién sino, te abrirá los ojos para que veas la puta realidad tal y como és, sin ensoñaciones ficticias inventadas por el corazón por el ansia de creer?", me dice. Y yo tengo que reconocer que tiene razón, que con ella los batacazos son menos duros porque no deja que vuele muy alto, que gracias a Ella se distinguir una mentira piadosa o una verdad encubierta. Bien podría seguir pagando este alto precio por tenerla a mi lado si con ello sigo recubierta de esta coraza que me permite estar a solas, sin mentiras suspendidas antes mis ojos y rondando ante mi vida creyendose ser verdades que no se discernir. La admitiré de nuevo, le abriré la puerta y que se instale en su rincón favorito de mi cabeza, ese decorado a su gusto con emociones putrefactas y carcomidas por las termitas de la desilusión.