No importa cuánto digas, nadie te comprenderá.
No importa cuánto llores, nadie te consolará.
Lamentablemente así es. Solo puede llegar a entenderte quien ha estado metido alguna vez en tu mismo saco. No digo en la misma piel, pues cada persona es un mundo, individual y único, pero si que sólo quien ha sentido la agonía del alma puede quizás saber por lo que estas pasando y, aunque no te ofrezca más que palabras, es la única con la que puedes sentir comprendida tu angustia.
Al final te das cuenta que estas sola, no importa que tengas muchos amigos o tengas a tu familia cerca, solo ofrecen un hipócrita consuelo cuando ya no puedes más y tratas de aliviar un poco tu dolor. Entonces blablabla y sienten alivio al haberte ofrecido un poco su consuelo, ya han hecho la buena obra del dia. No entienden que esa falsa empatía solo sirve para ahogarte mas en el lodazal, pues cuando te se han secado las lagrimas ellos vuelven a su mundo y olvidan rapidamente que tú no tienes el tuyo. No entienden que tus gritos ahogados de ayuda son silenciosos, son tus ojos quien lo imploran, no tus palabras. Éstas se niegan a salir, se creen autosuficientes, porque no les importa tu cuerpo, sino tu alma. Y cuando tu cuerpo se rebela mínimamente y alarga una mano suplicando, no comprenden que no les estas saludando sino intentando alcanzar algo que te agarre y no deje que te hundas en tu propio infierno. Pero no les reprocho, en el fondo, somos gente egoista que no nos interesa mas que nuestras propias satisfacciones, que cada uno se forje su destino o se coma su propia mierda. Yo me engullo la mia sola.
Reconozco que en el fondo lo que me pasa es que estoy rabiosa. Sé que no debo buscar un hombro donde apoyarme, éstos no existen, pero verlo tan evidente en la gente que te profesa su amistad... para mi es doble puñalada, pues lo unico que sacas en claro es que en realidad estamos solos, que las personas vienen y van, pero que nunca te debas a nadie, se egoista como el resto y trata de blindarte con lo que encuentres en el camino pues nadie vendrá nunca a defenderte de tu propia guerra.