Poco a poco voy deshaciéndome de las personas que quieren mi bien. No concuerdan con mi forma de ver la vida, demasiado optimismo y buenas intenciones para mi gusto y ya no estoy para aprender cosas nuevas. Y se alejan sin mirar atrás. No les reprocho, no han sabido conocer los gritos desesperados detrás de las palabras ácidas e hirientes. Yo tampoco volvería la mirada si no me conociera. Y al final consigo lo que quiero, estar de nuevo protegida en mi burbuja, a sola con mis penas, falta de alegrias y ebria de lagrimas.
Y soy de nuevo tuya, esperando a que vengas a buscarme. ¿por qué tardas tanto? Será que no te motivan las sumisas, las que te siguirían con los ojos cerrandos sin preguntar a dónde. Y sonríes malicioso porque sabes que me tienes, que eres tú el único al que deseo, porque sé que tú nunca me vas a defraudar, tarde o temprano se que vendrás a por mí, no me engañarás con palabras románticas de corderito enamorado, ni utilizarás tan solo mi carne. No, a tí te interesa mi alma, pero a ésa ya la tienes, solo te falta venir a por mi cuerpo.
Y te haces rogar, haces que suplique por tus huesos, por tu abrazo y por tu beso plácido de buenas noches. A veces pienso en venir a buscarte yo, lanzarme a tu cuello y atarme a tu piel, entonces, ¿me rechazarías? porque si no lo hicieses no quedes con nadie esta noche, tienes una cita conmigo y espero que no faltes a ella...