
Pero.. sanas y salvas? Salvas creo que sí, pero sanas??? Porque aparte del cansancio propio del viaje, creo que ambas ( y me va a permitir Elogio que hable por las dos un poquito) venimos con un pedacito menos de corazón. Bueno en realidad os miento, yo vengo sin él. A mí me lo robaron en Barcelona y el ladrón no quiere devolvérmelo (será mamón el tio!!)
Pero sería injusto desmerecer tan bello lugares como son Barcelona y Asturias. La primera se ha convertido en mi hogar ficticio, donde esta mi ser, mi familia... y Asturias...simplemente bellísima! Nos hemos quedado prendadas de tan extensos y verdosos prados, de sus inmaculadas calles, de sus afables gentes, y de su exquisita gastronomía (creo recordar que Mitsu ya os informó de nuestra debilidad por la sidra).
Recordarlas me lleva a quedarme sin palabras, que sonarían injustas a mi boca. Son tantos los recuerdos!!!. Dura es la vuelta a la cotidianidad, pero injusto seria quedarse ahí, porque esos son emplazamientos a los que evadirse en caso de necesidad, de agobio a la rutina, de abulia... si alguien me busca ahí me encontrará. Os espero en lo alto de Montserrat con una botellina de sidra y queso (los “beyos” elogio, como nosotras). No tardéis. Siempre se acepta la compañía.