sábado, 2 de enero de 2010

divangando...:casa



Para mí, dormir siempre ha sido un puro trámite que tiene que cumplimentar mi cuerpo. No me supone ningún placer ni es algo deseado. Dormir significa para mí cerrar los ojos por puro cansancio y perder la conciencia para recuperarla cinco segundos después, aunque pueda que hayan pasado ocho horas. Intervalos de tiempo muertos en los que no aparecen ni hadas, bosques, princesas o ranas, sonrisas ni placer. Porque yo NO SUEÑO. Nunca. Y si algún día Morfeo tiene a bien regalarme un poco de atención durante esas horas en las que me hallo lacia y amorfa sobre mi cama, éste aparece en forma de pesadillas. Y mi desasosiego se materializa en forma de una casa repleta de fantasmas. Creo que llevo toda la vida soñándola. Podría hacer un plano exacto y detallado de ella, con su cocina, salón y su corredor repleto de habitaciones. Sólo al describirla ya se me pone el vello de punta. Y subo la escalera y deambulo por los cuartos. Noto la presencia amenazante de los espíritus y se que me asaltarán al anochecer. No quiero pasar la noche allí. Intento huir por la puerta trasera pero lleva a un bosque repleto de lobos. Me pilla la noche. Y me despierto absolutamente aterrada. Las pesadillas, mi pesadilla es así.

Y siempre me he preguntado si ella no era consecuencia de esta casa:



Cuando era pequeña mi madre y yo solíamos visitar a mi tía que se encontraba a dos kilómetros más o menos, y para no atravesar la carretera de vuelta por la noche solíamos coger un camino de atajo, donde no había luz y teníamos que pasar por al lado de esta "casa" vieja y deshabitada. Era oscuro y yo siempre pensaba que nos iba a salir alguien de ahí dentro y nos haría daño. Yo siempre intentaba acelerar el paso por ese tramo y mi madre se reía de mí. Había días que tenía tanto miedo que lloraba en silencio . Era una niña. Y dejé de visitar a mi tía.

Aún hoy en día evito ese camino, sigue ella estando ahí, con esa negrura dentro. Hay miedos que perduran en el tiempo y que, aún sabiendo que son injustificados, tu mente sigue manteniendolos calientes. Como a mi pesadilla.





9 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Vaya con la casa...
Quizás deberías demolerla.
Besos.

miguel dijo...

Pues yo sí que sueño, vaya si sueño, pero por lo menos no son casas fantasmales como la tuya.

Striper dijo...

Es posible que tengas que desmifiticar el ogro de esa casa i volver a soñat aun que sea poco en color.

matrioska_verde dijo...

las "cosas" de la niñez suelen dejar una huella muy profunda.
biquiños,

Mitsu dijo...

La casa deshabitada
se llena de fantasmas.
Los viejos pianos de cola,afónicos, desafinan en los húmedos atardeceres del invierno: mi, sol, tocata y fuga.
La brisa trae viejos ecos
de lejanos sueños perdidos...
¡Abrázame, el frío no existe!

:)

dsdmona dijo...

A pesar de que te parece que no lo haces todo el mundo suena ,otra cosa distinta es recodar lo que suenas... En cuanto a la casa no me extraña que te diera yuyu.
D.

amelche dijo...

La casa es de película de terror, ahí, ni pianos de cola, ni nada. Seguro que nunca hubo más que una mesa con algunas sillas, colchones en el suelo y poco más.

Principito Desencantado dijo...

Hola preciosa!!!

Cuánto hace que no me metía aquí. Lo primero es decirte GRACIAS. Me ha llegado tu calendario y me encanta. Lo he puesto en la cocina, ya sacaré una foto para que lo veas ;-) He estado leyendo tus etapas del camino y creo q eres muy fuerte y valiente por enfrascarte en una aventura similar. Creo q hacer el camino y encima en un país ajeno es algo que muy poca gente se atreve. Además el pero camino no es dormir en el suelo, ni las largas caminatas, ni las inclemencias meteorológicas, lo peor es estar tantas horas solo con uno mismo. Espero que ahora estés con aires renovados. Seguimos leyéndonos.

Te mando un besazo!!!

FrAn dijo...

Hay lugares que en la infancia te dejan huella. Ya sean casas en un camino o habitaciones donde no te dejan entrar. Pero todo ello nos crea, se nos mete en el subconsciente y sólo saldrá tras el final en forma de gusano.