
Ví a la muerte pasar por mi lado y gustosa salí a su encuentro...
-"no fue a ti a quien vine a buscar"
-"no importa, yo si quiero ir contigo, llevame"
-"si vienes, no regresaras y puede que mas tarde te arrepientas"
- "nunca. Llevame contigo"
- "de acuerdo".
Le así de la mano y me adentré en las tinieblas. No tenía miedo, era un mundo que ya habia visto en mi mente, alli estaban ellos, que orgullosos, me saludaban y me daban la bienvenida. Solo tenía miedo de soltarla a ella, que no me dejara acompañarla, que me devolviera a ese otro mundo de pesadillas en donde habia estado confinada mis ultimos treinta y dos años. Un mundo de desdichas y mentiras donde el dolor era el alimento de cada dia, el sufrimiento el aire que recorria mis venas y las lagrimas el sudor de mi cuerpo. Era el hecho de que al final ella no me dejara acompañarla y no el miedo, lo que hacia que mis piernas se negaran a moverse, que se arrepintiera de llevarme a ese otro lado donde no habia nada pero nada era lo único que me quedaba aqui y nada es lo que aceptaria ya nunca de nadie.
(perdonen, pero necesito un breve descanso)