divangando

Sí, soy la mala hierba del camino, la rata muerta que infecta el pozo, la Magdalena en toda vida de un hombre. ¿Qué más da que me pisoteen una y otra vez, que me convenzan de que soy una mala persona y que me escupan insultos en mi propia cara? Si a todo eso ya lo sabía yo de antes, no me dicen nada nuevo. Sí, puedo ser una víbora, como no, si me gusta que me arrastren por el fango sin soltarme de la cola? una se amolda a lo que está acostumbrada. Y yo me he amoldado a tus reproches, me gusta que me golpees con tus palabras, el frio tacto del suelo al que me arrastro buscando calor...

abro el armario. hoy toca mascara de sonrisa. La misma de ayer. Es la que mejor convence a la gente. ¿porque será que solo miran los labios sonrientes y nunca los ojos llorosos? porque les importa una mierda tu vida. Y encima te llaman egoista! pues será verdad, a estas alturas como he dicho, no me llaman ya nada nuevo. Y si lo hacen simplemente lo añado a la lista de mi personalidad. Qué poco me importa! soy poco mas que un montoncito de aquello que esconde el gato. (*)

(*) cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
o no.