No importa cuánto digas, nadie te comprenderá.
No importa cuánto llores, nadie te consolará.
Lamentablemente así es. Solo puede llegar a entenderte quien ha estado metido alguna vez en tu mismo saco. No digo en la misma piel, pues cada persona es un mundo, individual y único, pero si que sólo quien ha sentido la agonía del alma puede quizás saber por lo que estas pasando y, aunque no te ofrezca más que palabras, es la única con la que puedes sentir comprendida tu angustia.
Al final te das cuenta que estas sola, no importa que tengas muchos amigos o tengas a tu familia cerca, solo ofrecen un hipócrita consuelo cuando ya no puedes más y tratas de aliviar un poco tu dolor. Entonces blablabla y sienten alivio al haberte ofrecido un poco su consuelo, ya han hecho la buena obra del dia. No entienden que esa falsa empatía solo sirve para ahogarte mas en el lodazal, pues cuando te se han secado las lagrimas ellos vuelven a su mundo y olvidan rapidamente que tú no tienes el tuyo. No entienden que tus gritos ahogados de ayuda son silenciosos, son tus ojos quien lo imploran, no tus palabras. Éstas se niegan a salir, se creen autosuficientes, porque no les importa tu cuerpo, sino tu alma. Y cuando tu cuerpo se rebela mínimamente y alarga una mano suplicando, no comprenden que no les estas saludando sino intentando alcanzar algo que te agarre y no deje que te hundas en tu propio infierno. Pero no les reprocho, en el fondo, somos gente egoista que no nos interesa mas que nuestras propias satisfacciones, que cada uno se forje su destino o se coma su propia mierda. Yo me engullo la mia sola.
9 comentarios:
Es cierto, estamos solos. Pero que los demás no te entiendan no es egoísmo, es desconocimiento, aunque el resultado duela igual.
Y aunque haya que conozca de primera mano cómo te sientes porque se ha sentido igual o parecido, tampoco ayuda demasiado, porque el trabajo es tuyo, y sólo tuyo.
No hay mano que nos saque, como mucho pueden poner alguna rodilla en la que apoyarnos. Salir del todo sólo lo hacemos nosotros.
El problema no es "estar" solo, que siempre es discutible; el problema es "sentirse" solo... y eso es indiscutible.
Un desacuerdo frontal con lo que dices: Puede que no se sirva, que no te sea útil, pero no llames hipocresía a la actitud sincera de, por lo menos algunos, de los que te tienden la mano.
besos
DECENIZAS, logicamente cada uno tiene su interpretación, pero hablo en general y en la mayoria de los casos en los que me he encontrado. Lamentablemente los sinceros sois una minoria a la cual nunca podre agradecer lo suficiente.
Por lo demas me remito a las pruebas. la ayuda sincera no se ofrece cuando uno te lo pide (cosa que ya cuesta bastante, no creas), sino mas bien todo lo contrario, cuando sabes que lo necesita, pero no tiene el valor suficiente para implorar un hombro. Ahí, desgraciadamente sois poco mas de un par.
No te ofendas cariño, que te has puesto demasiado susceptible.
:)
Y decías que ya no podías escribir... Vamos, el texto es excelente, duro, pero excelente. A ver si volvemos a comer juntas la semana que viene. Te llamaré. Besotes, M.
¡Ah! y la foto, genial. Besotes de nuevo, M.
Veo que te ha dado por los caracoles... A lo mejor también hay que saber/ aprender a pedir ayuda, que algunos son (somos) quizá un poco duros de oído o están (estamos) a lo suyo y no se dan cuenta.
Entrada demoledora, pocas cosas más se pueden decir.
Espero que las cosas se encaucen.
Un saludo.
:)
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