Prefiero mil veces esta permanente somnolencia voluntaria que la impuesta por agotamiento de mis lloros. Es más llevadera para mi alma. Aunque ello implique tener la cabeza en un onírico mundo donde solo suenan las arpas y te dedicas exclusivamente a contemplar el vuelo de las mariposas. Antes eso que saciarlos a ellos con la sangre de mis venas.
No sé que le habré hecho a la puñetera serotonina que prefiere ausentarse de mi cuerpo antes que hacerme compañía y disfrutar del verano a mi lado.
3 comentarios:
Mejor así Metis.
Sin duda.
Vendrá la paz.
Besos.
Mmmmmmmm yo le doy a las nueces y avellanas... malas no son.
Una abraçada... bueno dos :)
Ya sabe llorar en un gran antidepresivo.
ooooooommmh!
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