siesta

Son las 3 de la tarde y estoy cansada. Quiero descansar un poco antes de ir a trabajar. Mi cuerpo anda dolorido, sin fuerzas, extenuado. Con suerte me queda media hora para tenderme en la cama y recuperar energías. Cierro los ojos e invoco a morfeo. Pero mi mente se rebela. Mis pensamientos están en su momento álgido. Por mi cabeza desfilan miles de imágenes, conversaciones , películas, situaciones, discusiones... le da lo mismo pensar en un momento en Jack Sparrow para pasar a estar en Montblanc a la milésima de segundo, de la lista de la compra que no se me puede olvidar mañana a discutir porque el PP ha ganado en mi municipio... Le suplico un poco de silencio, de tranquilidad, y se rie en mi cara.

Desde fuera veo mi cuerpo inerte tendido sobre las sabanas, incapaz de mover un solo musculo para plantarles cara . Y lloraría de fustracion sino fuera porque mi mente también domina mis lagrimas. Sólo les pido un breve descanso, luego pueden jugar en mi mente todo lo que quieran. Disciernen y aceptan. Cuando nos estrechamos la mano en señal de cierre de trato suena la alarma del despertador. Tengo que volver a trabajar otra vez.
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